El viento

El jueves fue un día de sensaciones variadas. Estás 4 o 5 horas de concentración máxima con la espada de Damocles encima. Y lo cierto es que fue mucho mejor que el día anterior. La actualización de los sistemas fue bien, casi sin fallos, y gracias a la práctica y algunos ‘scripts’ (pequeños programas informáticos) conseguí que algunas transiciones fuesen de menos de 2 minutos. Eso es importante como he comentado porque algunos fenómenos astrofísicos pueden durar muy poco y no se sabe cuándo pueden ocurrir, así que tener el detector sin tomar datos es un riesgo y es una responsabilidad que se hace sentir. Pero también machaque un fichero de configuración que hizo que empezasen a llegar correos de alarma y hasta que descubrimos que era, pase un rato tenso. Así que para desconectar me pareció un buen plan ver la película Whiteout (tempestad), que como ya he comentado, se desarrolla supuestamente en nuestra base. Se hacía raro estar aquí viéndola. Pensaba qué me habría parecido de haberla visto antes de conocer esto. Porque me he dado cuenta de que he ido perdiendo un poco la perspectiva, o digamos que he ido cambiándola. Polo Sur suena a lugar extremo, y de hecho lo es, pero cuando pensaba en la gente aquí me la imaginaba casi como en una capsula espacial. El Polo Sur era un lugar en mi imaginación, que convivía con las imágenes más extremas que era capaz de inventar. Pero ahora es un lugar real, ahora soy yo el que probablemente está en la capsula espacial para los demás. Y sin embargo, me parece un sitio casi normal. Es cierto que es uno de los sitios más bonitos que he visto nunca, y que a diario hay detalles que te recuerdan que estas en un sitio especial, y que te hacen sentirte especial, y muy afortunado, pero ya no es ese sitio de fantasía, es un sitio real, los sonidos, las sensaciones, ya no son imaginadas, y eso crea una sensación extraña. Por un lado no es tan extremo como lo imaginaba, pero por otro, las amenazas se hacen más reales.
Cuando me iba a ir a dormir, me comento Sven que había material del que habíamos enviado, que llevaba un par de días en el ICL y pensaba ir a recogerlo. Me daba un poco de pereza porque era tarde, pero me hacía ilusión abrir las cajas. Ese pequeño viaje al ICL fue uno de esos momentos especiales. Se había levantado viento, y la visibilidad era muy escasa. Por un lado, experimenté por primera vez la sensación de vulnerabilidad. Puedes perder la orientación muy fácilmente y eso que no era de los peores días que puede hacer por aquí. Además, en los dos minutos que tarde en subir las cajas a la estación, note como si alguien me estuviera mordiendo los dedos con todas sus fuerzas. No me extraña que en ingles llamen ‘frostbite’ a las congelaciones. Enseguida entraron en calor, pero fue otro aviso. Las bajas temperaturas se aguantan bien pero hay que tener respeto al viento.
Pero el viento trajo también su regalo en forma de imágenes increíbles. Los cristales de hielo en suspensión provocaron un halo perfecto. Y esta es de las imágenes más sencillas que se pueden formar! Hay registrados halos complicadísimos que tienen su origen en los diferentes ángulos con que la luz puede desviarse al atravesar los micro cristales de hielo en suspensión. El viento además arrastraba la nieve, pero de una manera uniforme. No era una ventisca. Una fina capa de nieve se deslizaba como acariciando el suelo, como esas zonas tranquilas en los arroyos de montaña en que el agua moldea las piedras, pero sin violencia. Desde una de las ventanas de la estación, la imagen era hipnótica, me habría pasado horas mirando. Además, la nieve arrastrada rellena en minutos las cicatrices que ha dejado el paso de los vehículos, y por algún motivo, crea una sensación de serenidad, como si al mismo tiempo que desaparecen las huellas en la nieve, desapareciesen tus malos recuerdos.

2 comentarios en “El viento”

  1. Hola Carlos: anoche precisamente vimos mi marido y yo la película Whiteout, para tratar de hacernos una idea de cómo era eso. La escena de la ducha relajante de agua caliente me dió risa por lo que has contado de los 4 minutos semanales, jeje. Cuando vuelvas a la Tierra no vas a ser capaz de ducharte así!!.
    Me llamó la atención también de la peli lo de las cuerdas para atarse el arnés y guiarse ¿es así de verdad? Y que tuvieran la cara descubierta me pareció el modo perfecto de hacerte un lifting.
    Mi marido comentó que eso parecía un Gran Hermano a lo bestia. Llevas poco tiempo y es verano, pero imagino que en invierno la relación será más estrecha.
    Una curiosidad (más): ¿estáis todos operados de apendicitis?. Ya que en invierno vais a estar los justos, imagino que el tema médico será de lo más peliagudo.
    En fin, que me parece una pasada. Las fotos son increíbles y es maravilloso que puedas compartir en directo estas cosas son nosotros. Muchas gracias y sigue disfrutando tanto.

    1. Hola Cristina, lo de la ducha es lo mas comentado de la pelicula je,je. Lo de las cuerdas para atarse no es asi. Aqui el viento no llega a ser tan fuerte, y si llega creo que se prohibe la salida. Lo que hay son banderas que marcan el camino para no perderse en caso de que haya escasa visibilidad.
      Lo de la cara descubierta efectivamente, es poco realista porque las congelaciones serian inmediatas, pero de alguna forma se tienen que lucir los actores 🙂
      Lo de gran hermano es un comentario que surge a menudo. En cierto modo lo es. Pero de momento aqui no nos tiramos los trastos a la cabeza. Y aunque no hay confesionario, si que han pedido voluntarios, por ejemlo, para hacer de ‘confesores’ en caso de que alguien necesite hablar.
      Revision medica nos hacen muy exhaustiva, pero no nos han operado de apendicitis. El quirofano aqui esta equipado para algo asi. El año pasado de hecho hubo al menos una operacion de apendicitis. Pero te miran por ejemplo si te han salido las muelas del juicio. Lo que tambien nos hacen es examen de VIH. Cuando cuente el proceso de seleccion supongo que hablare un poco de todas las pruebas que me hicieron.
      ciao!

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