Despedida I

Experimentando por ultima vez las sensaciones desde la terraza de la base.
Supongo que cuanto más deje esta parte más difícil me va a ser recordarlo y contarlo. Y en realidad no hay mucho que contar. Me gustaría decir que estaba emocionado, que lloré, de pena o alegría da igual, pero no. Es de esos momentos en los que en realidad te sientes frustrado porque no te sientes como creías que deberías sentirte. Yo creo que contribuyó el hecho de que los últimos días fueron muy intensos. Nunca imaginé desde luego que la ultima hora antes de abandonar este lugar iba a estar pasando el aspirador en mi habitación! Creo que esa intensidad anestesia de alguna forma tu capacidad de sentir. Hay muchísimas cosas en la lista mental que uno lleva en la cabeza y de la que uno va tachando hasta el último momento, pero siempre con la sensación de dejarte algo. En esos momentos simplemente pongo el piloto automático, mi mente es como un robot que hace lo que sabe que tiene que hacer. Yo no pienso demasiado porque este es uno de esos casos en los que pensar no sirve, es demasiado lento, simplemente tienes que hacer. Solo sentí algo de pena por no poder saborear ese momento de la despedida. El único consuelo era pensar que dos días más en realidad no hubieran servido de nada, solo hubieran retrasado dos días más esa agonía, porque uno siempre recoge al final.
Limpiando mi cuarto hasta ultima hora.
Nuestros compañeros de IceCube salieron a despedirnos, sacamos las fotos de rigor, y tras casi una hora empezamos a caminar hacia el LC-130, pero justo antes de subir nos mandaron volver. Retrasaban la salida al menos una hora porque otro avión se acercaba a McMurdo. Esto no lo entendí muy bien, pero me alegré. Parecía que nos iba a dar tiempo de comer por última vez en la base. Pero cuando ya me estaba quitando la ropa avisaron de que embarcábamos de nuevo, habían cambiado de opinión. Esta vez sí, embarcamos. Sentado en los laterales del avión, me dio por pensar que hacía muchos meses de la última vez que me había sentado allí, y lo raro es que no me parecía raro verme de nuevo ahí, todo el invierno era como un suspiro, como si de verdad fuese ‘ayer’ cuando llegué. El vuelo es cómodo, rápido, y espectacular. Al bajar con toda la ropa polar puesta notas bastante calor, el Sol te parece muy alto, y la nieve de la pista muy dura. En unos 10 minutos, una furgoneta nos llevo hasta el edificio donde íbamos a recoger la llave de nuestra habitación. Ahora, al inicio del verano, la pista esta todavía muy cerca de McMurdo. Conforme avanza el verano, se va derritiendo la plataforma de hielo que cubre la bahía y la pista se traslada a zona segura. Entonces el trayecto se alarga muchísimo. Aunque supongo que ya lo he contado, McMurdo, que es la base mas grande de la Antártida, esta en una isla y los aviones aterrizan sobre el mar helado. Después de ponernos más cómodos, tuvimos tiempo para cenar y después pasar un rato agradable con un amigo de Sven en la ‘Coffee House’, un bar en el que no se sirven bebidas, salvo café gratis, pero al que puedes llevar tú lo que quieras. Me había olvidado de lo agradable que resultan ese tipo de planes sencillos. Casi a media noche decidimos dar un paseo Sven y yo hasta Ob Hill. Posiblemente pocas montañas (o colinas) tan bajas (no llega a 250m) son tan conocidas y ascendidas como esta. La utilizaron los compañeros de Scott hace 100 años para otear hacia el interior del mar de Ross intentando localizar a Scott. Ya sabemos como acabo esa historia, y por eso en lo alto está la cruz que se ve en las fotos, con la misma inscripción que pusieron hace 100 años los supervivientes de aquella expedición. Las vistas desde allí son estupendas. Abajo McMurdo, la pequeña ‘ciudad’ antartica, en direccion al Polo Sur el Sol cubierto por las nubes y el mar helado, y en direccion opuesta el Erebus. Me imagino que ya lo he contado, pero es el volcan activo mas al Sur del Planeta y tiene mas de 3700m de altitud. Tiene un tipo de erupcion stromboliana (como el stromboli italiano) con un lago de magma en el interior del crater y pequeñas explosiones regulares. Parece increible. Hielo y fuego, frio y calor, la serenidad de las pendientes nevadas, y la violencia del interior incandescente. Cuando lo ves al bajar del avion no puedes evitar pensar que en ese momento estas caminando sobre el mar helado y que enfrente una columna de fuego atraviesa el interior de esa montaña. De bajada paramos a tomarnos una sopa. Aunque ‘solo’ hacia -8C soplaba algo de viento, y ‘crecido’ por volver tras un invierno en el Polo, yo había salido con poca ropa. Con el estomago caliente, dormí de maravilla. El día siguiente fue también intenso. Si puedo, os lo cuento mañana.
Junto a la foto de los Winter Over 2012 que ya cuelga en el pasillo de la base.

2 comentarios en “Despedida I”

  1. Preguntas nuevas…
    ¿Sabes tú por qué se pintan de azul los edificios?¿Por qué no se prefiere un color cálido?
    ¿Y sabes cómo está el hoyo en la capa de ozono? Te lo pregunto, porque acá la radiación está muy alta…9 , de un máximo de 11 …
    Gracias.

    1. no todos estan de azul, algunos estan mas mimetizados. El agujero se ha recuperado ya. Se abre al principio de la primavera todos los años dura unas semanas. Este año no ha sido muy profundo ni prolongado, al menos a partir de los datos del Polo.

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