Atardecer en el Polo

El cierre de la estación a mediados de febrero, marca un punto de inflexión en la vida aquí. Tras el ajetreo del verano, todo se vuelve mucho más tranquilo. Sin embargo, el Sol sigue estando relativamente alto, y la luminosidad es todavía elevada. Cuesta hacerse a la idea, después de varios meses de 24h al día de luz, de que aquí pueda realmente hacerse de noche. El mes siguiente se pasa preparando la base para el invierno, sobre todo, colocación de banderas en varios recorridos. Es a partir de mediados de marzo, cuando las cosas se precipitan. Aunque se ve todavía muy bien, el Sol empieza a acercarse a pasos agigantados hacia el horizonte. El día 13 pudimos contemplar nuestro último halo, con el Sol ya bastante bajo. La cena de ‘sunset’ el fin de semana anterior a la puesta (día 18) marca el inicio de esta fase de atardecer. Mientras estábamos sentados en el comedor, pudimos ver el Sol entrando por las ventanas, ya muy cerca del horizonte. Resulta espectacular, y es difícil no sentirse muy afortunado por estar disfrutando de esa cena tan especial. Esos días tuvimos también la primera reunión general de los Winter Over, en la que volvimos a presentarnos todos y se dieron algunas pautas para encarar los meses de invierno lo mejor preparados posible. El día 17 por la tarde habíamos celebrado también un brindis muy especial, con hielo que uno de los compañeros había traído como sorpresa desde las mismísimas faldas del Monte Erebus. Lamentablemente, el tiempo se estropeo justo después durante toda la semana, y echó a perder la puesta propiamente dicha. El equinoccio se produjo el día 20, pero debido a que el disco solar tiene un tamaño no despreciable, y a efectos de refracción en la atmosfera, el Sol puede verse incluso 4 o 5 días después del equinoccio (siempre que no este nublado). No obstante, las tonalidades que adquirió el cielo esos días fueron espectaculares, sobre todo en la zona opuesta al Sol, en que podían apreciarse una banda azulada (debida a la sombra de la Tierra sobre la atmósfera) y otra rosada por encima (debida al propio Sol). Esos días, celebramos también una jornada de puertas abiertas en los diferentes telescopios, para enseñar nuestro trabajo al resto de compañeros. La semana siguiente se despejó, y pudimos contemplar una de las post-puestas más espectaculares que se recuerdan. Durante un par de días, el Sol se reflejaba en las nubes del horizonte, creando una imagen intensísima, que parecía el verdadero Sol. Es sin duda, de las cosas más espectaculares que he visto jamás. Las sorpresas continuaron un par de días después, con la aparición de las primeras estrellas, Sirio y Canopus, que son también las dos estrellas más brillantes del firmamento. Y un día después, pude localizar Alfa centauri, la tercera estrella (en realidad es un sistema compuesto) más brillante del firmamento y la más cercana a la Tierra. A pesar de ser la más cercana, cuando la luz que estaba viendo salió de allí, hace 4 años, yo no podía siquiera imaginar el vuelco que iba a dar mi vida. Como ya comenté en el Facebook, esta estrella tiene su interés porque en 1832 fue la primera de la que pudo medirse su paralaje, y por tanto, su distancia. Henderson publicó los resultados en 1839, pero en 1838 Bessel había hecho público el paralaje de cygnus-61, por lo que fue éste quien pasó a la historia como la primera persona en medir la distancia a una estrella distinta del Sol. Empezaba a tomarse conciencia de que el Universo debía ser extraordinariamente grande, pero no tenían forma de saber en realidad hasta qué punto! Nota: hace bastante que no propongo ningún problema por si os apetece hacerlo en casa o en clase. Poneros en un extremo de la clase. Sujetad una regla con el brazo extendido. Mirad un objeto pequeño en el otro extremo de la habitación alternativamente con el ojo derecho y el izquierdo. Medid cuanto se desplaza sobre la regla. Pregunta: Cuanto mide la habitación? Para ello necesitáis saber la distancia entre vuestros dos ojos y la distancia entre vuestra cara y la regla. Yo lo he probado en mi espacio de trabajo, que mide 6 metros, y he obtenido un error mayor del 20%. De todas formas, ese error esta dentro del esperado teniendo en cuanta la precisión con la que he podido medir la distancia entre mis ojos. Si habéis aprendido a derivar podréis comprobar que el resultado es muy sensible a la medida de la distancia entre vuestros dos ojos. La medida del paralaje a las estrellas funciona un poco diferente, y las fórmulas son también diferentes, pero la esencia es la misma, trigonometría al rescate. De aquí podéis extraer dos conclusiones; una, que este método sirve efectivamente para medir más o menos distancias a objetos lejanos, y dos, que hacer una medida precisa, ¡requiere ser muy meticuloso! Esto es común a todas las ciencias experimentales. Los grandes físicos experimentales de la historia son aquellos que han conseguido entender cuales son las principales fuentes de error a la hora de hacer una medida, y han encontrado la forma de reducir ese error. Muchos de nosotros, físicos del siglo XXI, seriamos totalmente incapaces de reproducir algunas de las medidas hechas hace varios siglos por aquellos genios. Es una de las cosas que me maravilla del método científico. La mayoría de los descubrimientos en ciencia, requieren medidas de una precisión difícil siquiera de imaginar. Pero es esa obsesión por estudiar el Universo al detalle mediante la experimentación, lo que ha ido permitiendo desvelar, poco a poco, algunos de los secretos que esconde la Naturaleza. Siguiendo con la transición verano/invierno, la última operación se completó con el recubrimiento de todas las ventanas de la base para que la luz interior no interfiera con las cámaras para el estudio de las auroras y otros equipos. Se organizó un concurso para las cubiertas del comedor, ¡y se vieron ideas muy originales! Con la luz extinguiéndose en el exterior, las primeras estrellas ‘asomando’, las ventanas de la base tapadas, y la inmensa calma que se respira en la base, el verano es historia, y entramos ya de lleno en el invierno polar. ¡Sólo nos queda contemplar las primeras auroras! Pero las sorpresas no quedaron ahí. Poco después, tuvimos luna llena, y el espectáculo fue indescriptible. Verla aparecer por el horizonte, fue casi como un amanecer. Y la refracción en la atmosfera deformaba su perfecta forma redondeada dando la apariencia de estar derritiéndose a pesar del intenso frio. Un frio que el día 6 de abril alcanzo los -73.4C (-100.1C) y dio lugar a un nuevo record meteorológico de los que ya hemos batido varios este año. Es la vez que se ha alcanzado antes esa temperatura, que es la que marca la posibilidad de acceder al club de los 300. Pero esa, es otra historia…

9 comentarios en “Atardecer en el Polo”

  1. Ya que hablas de Sirio, y teniendo en cuenta que la constelación de Orión está cerca y que también se ve desde aquí, supongo que veréis Orión boca abajo respecto a nuestra vista del hemisferio norte.
    Es decir, que Sirio quedará a la derecha del cinturón de Orión (en vez de a la izquierda).
    Tu foto no abarca lo suficiente para comprobarlo, pero, ¿es así?

    Pobre cámara… 🙂

    1. si, aqui todo se ve al reves. Pero en la foto, si no se ve mas es porque aun habia demasiada claridad y el resto de Orion no era visible aun.

  2. Querido paisano,acabo de ver tus fotos,ahora las repasaré mas despacio me gusta cuando hablas del espacio tambien el diario,cuando oi hablar de la estrella Sirio creo que fué en Egipto de vacaciones, la afición a las ciencias la he cojido demasiado tarde,en la epoca de tu abuelo y trabajar en el campo habia pocas elecciones,»no me quejo» tambien me gusta la aventura ya me coje tarde,TE DESEO que no desalientes,SALUDOS….

  3. Mauricio Frapiccini

    Muy buena colección de fotos. Muy didactico todo. A ver cuando comienzas a explicarnos un poco de que se trata tu trabajo en el ICE cube y fotos del experimento.???

  4. Hola Carlos: leyendo esta última entrada me ha surgido una reflexión: da igual en qué siglo estemos y cuántos avances tecnológicos tengamos, el ser humano forma parte de la Naturaleza y sigue ejecutando ritos ligados con los eventos astronómicos exactamente igual que hacían nuestros antepasados los celtas y más atrás. Y aunque desde que nacemos vemos el sol, la luna y las estrellas, nos sigue sobrecogiendo su espectáculo como si fuera algo mágico. La perspectiva tuya era totalmente desconocida para la mayoría de los que te seguimos y por eso no me canso de darte las gracias por compartirlo.
    Un abrazo.

  5. Hola Carlos, esa foto del horizonte en llamas, donde se ve un sol que no es el sol, es espectacular y muchas gracias por mostrárnoslas. En verdad lo que nos cuentas es algo muy raro, y en lo que no había pensado…eso de ver el sol después que se hunde en el horizonte…
    Cada día, aprendemos algo…Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *